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Ruido y enfermedades respiratorias afectan capacidad auditiva: Secretaría de Salud
Enfermedades como tos, gripe, influenza, COVID-19, sarampión, viruela y varicela, así como la exposición al ruido más allá de 100 decibeles (dB) durante más de una hora son factores de riesgo de discapacidad auditiva que afecta el desarrollo académico, laboral, social y familiar, Hospital General “Manuel Gea González” de la Secretaría de Salud.
Desde el vientre, el feto es susceptible de sufrir daño auditivo debido a factores genéticos, exposición a solventes, humo de tabaco o infecciones virales.
También se puede perder la capacidad auditiva porque en cualquier etapa de la vida la persona estuvo expuesta al ruido ambiental, por arriba de 100 dB en fiestas, conciertos o alguna actividad laboral sin protección de los oídos.
Cuando niñas, niños y adolescentes van a la escuela son afectados por infecciones de vías aéreas como gripe, tos, influenza y COVID-19. En menor medida también pueden sufrir daño por parotiditis o paperas, que pueden provocar algún grado de discapacidad.
La pérdida de capacidad auditiva afecta el rendimiento escolar, porque la persona afectada no escucha a sus profesoras o profesores o compañeros de clases. “Los mentores argumentan que es déficit de atención, pero la realidad es que no escuchan”.
Es importante el adecuado aseo de oídos sin introducir objetos extraños, semillas, líquidos o animales en los conductos de la membrana timpánica; así como medicamentos únicamente prescritos en servicios médicos, así como la protección del ruido.
La diferencia entre oír y escuchar. No oír se refiere a los ruidos; no escuchar es no entender de donde vienen esos sonidos o bullicios, es decir, lo que el paciente entiende, asimila y repite.